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7 hábitos que le restan valor al liderazgo emprendedor

El liderazgo tiene un papel fundamental en el éxito o el fracaso de cualquier negocio. En las primeras etapas de una startup, un líder puede inspirar dedicación y compromiso a sus empleados, o alienarlos para siempre. En las últimas etapas de una gran corporación, el trabajo del líder es poner el tono de la organización y mantenerlos a todos alineados bajo la misma visión.

No importa qué tipo de negocio manejes o en qué etapa de su proceso estés, tus habilidades como líder afectaran enormemente tus resultados.

Aquí te dejamos los 7 hábitos tóxicos que necesitas evitar si quieres ser un buen líder para tu equipo:

1. Controlar en exceso

El exceso de control es un hábito molesto que suele aparecer sin que te des cuenta.

Puede empezar con guiar a tus empleados a través de un proceso específico que quieres que usen, pero antes de que lo notes, escalar a un punto en el que estés interfiriendo en casi todos los aspectos del trabajo de tus empleados.

Es un hábito tóxico por muchas razones. La primera, estás restando valor a las habilidades de tus empleados. Los contrataste para hacer algo, así que da un paso atrás y confía en que lo van a hacer. Segunda, estás dominando la fuerza laboral, asfixiando la innovación y forzando a todos a hacer las cosas a tu manera. Y por último, estás desperdiciando tu propio tiempo que deberías emplear en cosas más productivas.

2. Usar estímulos negativos

La negatividad no siempre nace de la malicia, pero casi siempre es universalmente destructiva. Hay ocasiones en las que la retroalimentación negativa no sólo es apropiada sino que incluso es necesaria, pero si únicamente usas estímulos negativos como herramienta de motivación vas a sembrar resentimiento en tus empleados.

Decirle a alguien que cometió un error es algo bueno, pero intenta enfocarte en las soluciones y en los esfuerzos a futuro más que en regañar a alguien por lo que pasó.

Los estímulos negativos son castigar a alguien o hacerlo sentir mal por lo que hicieron. Algo que los hace sentir inferiores y poco apreciados. Mejor cambia tu enfoque hacia estímulos positivos resaltando las cosas buenas que han hecho, algo que eleva la confianza y la moral de tu gente.

3. Descuidar lo individual

Es peligroso usar un solo enfoque para un grupo de gente. No importa si tienes 2 empleados trabajando para ti o 200, confiar en una sola estrategia para todos será poco eficiente en la mayoría de los casos.

Puedes establecer algunas reglas fundamentales, procesos y lineamientos de marca que todos deben seguir. Sin embargo, si quieres ser un líder exitoso, tienes que comunicarte con tu gente en un nivel individual.

Encuentra lo que les gusta y lo que no. Aprende cómo trabajan mejor. Conócelos personalmente. Todos tenemos diferentes necesidades en nuestro lugar de trabajo y la única forma de conocer esas necesidades es hablando directamente con tus empleados.

4. Posponer o evitar grandes decisiones

Una de tus principales responsabilidades como líder es tomar decisiones, especialmente las decisiones difíciles que nadie más quiere tomar.

Cuando te sientes presionado por una decisión así, retrasarla, procastinar o evitarla suena tentador.

Por ejemplo, si uno de tus empleados no está desempeñándose según tus estándares; es más fácil ignorar la situación y esperar que mejore que confrontar al empleado con retroalimentación. Sin embargo, ignorar o evitar este tipo de problemas te hará parecer ineficiente como líder. Tus problemas se harán aún peores y tus empleados te respetarán menos.

5. Evitar conflictos a través de engaños

Como líder tendrás que iniciar algunas conversaciones difíciles y tratar problemas que sería más fácil ignorar.

Puede parecer más fácil decirle a tu gente que están haciendo un gran trabajo o decir que tu compañía está ganando mucho dinero que reconocer una ineficiencia crítica o un obstáculo que te está evitando crecer.

Como emprendedor, es tu responsabilidad confrontar esos problemas porque evitarlos o engañar a tus empleados creará percepciones falsas y evitará que esos problemas encuentren una solución.

6. Ser inflexible

Si quieres tomar buenas decisiones y maximizar la felicidad de tus empleados necesitas estar abierto a nuevas opciones.

Esto incluye estar dispuesto a escuchar opiniones externas. Estar dispuesto a doblar algunas reglas y darle a tus empleados flexibilidad bajo tus propios términos y expectativas.

Un líder inflexible suele ser percibido como arrogante, distante, poco razonable e inaccesible, haciendo que los empleados se sientan desmotivados y resentidos. Por el contrario, permite la flexibilidad en tu liderazgo y siempre haz sentir bienvenidos a tus empleados recordándoles que pueden acercarse a ti cuando lo necesiten.

7. Hacer demostraciones públicas de poder

Ser líder te pone en una posición de poder; pero eso no significa que puedas demostrarlo de forma imprudente o pública. Hacerlo infundirá resentimiento entre tus empleados y destruirá el ambiente de equipo por el que has trabajado.

Por ejemplo, correr, regañar o mandar a alguien en público te hace ver mezquino e irresponsable. Por el contrario; mantén la calma en todo momento, usa tu poder sólo cuando sea necesario y muestra respeto por tus empleados hablando con ellos en privado.

Reconocer estos hábitos tóxicos sólo es la mitad de la batalla. Una vez que te des cuenta que estás cometiendo un grave error en tu estilo de liderazgo necesitas corregirlo modificando esos hábitos y reemplazándolos con alternativas más positivas. No es un proceso fácil pero si te mantienes comprometido con ser un mejor líder tus esfuerzos te darán muchas recompensas.

 

Fuente: Entrepreneur

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